lunes, 14 de marzo de 2011

Pichí

Mi familia se ha ampliado con un nuevo miembro que se llama "Pichí".
No os creáis que ha sido fácil aceptar el nombre, supongo que es porque no se me ocurrió a mí, y supongo y sé que, principalmente, es por la relación emocional tan negativa que me une al "dueño" del nombre, ya sabéis el pajarillo que tenía Heidi.
La verdad es que nunca tragué a Heidi, lo siento si me pongo en contra de millones de niñ@s que absortos miraban a la pantalla del televisor para verla. ¿Cómo iba a poder tragarme a un dibujito de una niña al que le habían colocado una voz de señora mayor, disfrazada de pueril, que quería hacernos entender lo maravillosa que era la vida cuando, al mismo tiempo, te estaban todo el día puteando? ¡¡¡Eso no hay quien se lo trague!!!
Igual mis pensamientos por aquellos tiempos, sin saberlo, ya eran demasiado avanzados para la época, no sé, la cuestión es que nunca me gustó. Ahora sí, el único que se libraba de mi criba era Pedro, sería porque lo relacionaba más con un niño: patoso, gracioso, cariñoso, pueril, vergonzoso, .... lo dicho, un niño, como lo era yo, así que me podía ver reflajada en él.
Los creadores de los dibujos animados de la época, pensando desde la distancia temporal, pretendían transmitirnos unos valores desde diferentes percepciones y casi todas estas ideas las recuerdo muy negativas: la idea de la pérdida, tal es el caso de  "Marco" y su búsqueda constante de la madre que lo abandona, para buscarle una vida mejor, pero a mí me transmitía el sentimiento de abandono y de a ver si había suerte y en este capítulo la encontraba; de la pena, como sucedía con la susodicha "Heidi", y otros tantos,..... ¿Qué triste no?
Hace unos días comentaba con una persona muy importante para mí, que me acordaba que cuando yo era pequeña y veía los dibujos animados en mi casa, los instantes previos a estar sentada delante del televisor siempre eran un momento especial, llegaba corriendo del colegio para no perderme ni un segundo de mi  momento, de "LOS DIBUJOS ANIMADOS" ("Banner y Flappy", "El osito Misha"," La abeja Maya", y siendo ya un poco más mayorcita mi querida y, por cierto, tristísima, "Candy-Candy") y siempre que me disponía a verlos, pensaba: "¿Cómo es posible que a los mayores no les gusten los dibujitos?"
Aunque, en este tema, tengo que decir, que la excepción confirma la regla, y ese es mi padre. Era el primero que, si podía, se sentaba a ver los dibujos con nosotras (con mi hermana y conmigo), tampoco cualquier dibujo, sus preferidos eran los de "Tom y Jerry" y los de "la Pantera Rosa", pero bueno, mi padre es mención aparte.....

No sé en qué momento de mi vida, ni con qué edad, pero también llegó mi hora de no gustarme los dibujos animados, supongo que "me hice mayor". Es más, con algunos como "Heidi" es que no puedo ni verlos, son demasiado tristes y no me aportan lo que siempre quería encontrar en un dibujito animado, la valentía que me proporcinaba Maya, el valor de la amistad que me aportaba "Willy", el amor incipiente que me brindaban Candy y su corte de pretendientes, el poder de una carta que te transmitía Misha,...
Bueno, regreso al tema, que como me ponga a pensar, se me va la cabeza!!! Lo dicho, el nuevo miembro de mi familia se llama Pichí, es un "agapornis papillero" y te tienes que reir con él siendo todavía un mico sin pluma alguna!!

P.D: Podréis pensar que cómo es que le voy a poner al final ese nombre si me transmite todas las connotaciones que os he mencionado? Muy simple: ¡a ver si me reconcilio con mi Heidi "particular", que por mí no quede!

1 comentario:

Unknown dijo...

Cada día descubro mas cosas sobre tí, te animo a seguir comentando todo lo q se te ocurra,llevas una pequeña escritora dentro . un bso

Ha llovido bastante...

  Sí, está claro que escribo a trompicones, pero es que, como todo lo demás en mí, si surge, surge y si no, pues ya sabes.. pasan más de se...